No puedes ser un profesional SEO si no conoces cómo funcionan los buscadores. Tremenda verdad. Compleja, de hecho, aún más para los profesionales de la redacción digital que a veces quedamos al límite de algunas interioridades informáticas.
Entonces, me esforzaré por ser escueta, entendible: Todo comenzó a mediados de 2013 cuando Google lanza un nuevo algoritmo, Hummingbird. Este viraje en la concepción del SEO determinó el futuro del lenguaje digital y su humanización: nació la web semántica.
Contenido
- 1 ¿Qué es Hummingbird, el inicio de la “comprensión” de los significados en Google?
- 2 Después de Hummingbird
- 3 Utiliza vocablos que pertenezcan al campo semántico de tu palabra clave o entidad
- 4 Refuerza los significados con las relaciones semánticas
- 5 Cuida la desambiguación lingüística
- 6 Di más con menos
- 7 Juega con las palabras clave y las nuevas oportunidades del SEO semántico
¿Qué es Hummingbird, el inicio de la “comprensión” de los significados en Google?

Hummingbird porque es rápido y preciso, como los colibríes.
La velocidad y la precisión de este algoritmo hacen referencia a los resultados de las búsquedas complejas. ¿Qué son las búsquedas complejas? Aquellas que hacemos diariamente al gurú de la información:
¿Por qué necesitamos estar aislados con la Covid-19? ¿Cuánto tarda para una vacuna contra el coronavirus?
Antes de Hummingbird, Google solo entendía palabras y sus sinónimos (no significados) y los localizaba en su “infinito” repositorio:
covid-19 aislamiento / vacuna coronavirus fecha
De esa manera, el usuario recibía una info imprecisa. Ahora no: a partir del algoritmo colibrí el motor de búsqueda se ha hecho más sofisticado, con el objetivo de “comprender” realmente lo que necesita el usuario.
Google pasó de ser un motor de búsqueda a un motor de respuestas.
Después de Hummingbird
2020. Plena era semántica. Google necesita lograr que el sistema de comunicación entre el ser humano y el ordenador sea lo más similar posible a la comunicación real entre humanos.
Por lo tanto, en lugar de hablar de una palabra clave en concreto, los estudiosos prefieren centrarse en el concepto de entidades, núcleos de significados y sus relaciones (objeto, persona, evento, lugar etc.) Y estas entidades pueden estar asociadas a otras que las complementen.
Sin embargo, ojo: las keywords no mueren con las entidades.
Por ejemplo, analicemos los resultados para la búsqueda quién es el autor de la película Coco:

O quien es el actor de la película coco. Evidentemente no son actores sino actores de reparto que prestan su voz. Y Google también lo nota:
Aunque es complejo para Google entender cuáles son las intenciones detrás de esas búsquedas de la entidad película coco, ofrece diferentes tipos de resultados y, pese a mi inexactitud, logra la respuesta correcta.
No puedes ser ni un profesional SEO ni un redactor SEO si no conoces cómo funcionan, mínimamente, los algoritmos de un buscador. (Aunque no nos creamos que llegaremos algún día a saberlo del todo).
Pero, ¿cómo aterrizar todos estos contenidos a la Redacción Digital? ¿Podemos potenciar desde la escritura un texto coherente y semánticamente fresco, acorde con las demandas de Google?
La respuesta es sí: siendo cada día más naturales. Aquí van 5 sencillas ideas que no puedes pasar por alto:
Utiliza vocablos que pertenezcan al campo semántico de tu palabra clave o entidad

Un campo semántico es un conjunto de unidades con significados relacionados, que se diferencian por otra serie de rasgos que permiten hacer distinciones. Este análisis debe ser el principio de tu estrategia de contenido.
Si hablamos de hospital, enseguida nos vendrán a la mente vocablos como doctor, enfermera, cuerpo de guardia, camillas, emergencias, entre muchas otras.
Si hablamos de Primera Guerra Mundial (entidad) nos vendrán a la mente 28 de julio de 1914, atentado de Sarajevo, Entente y Triple alianza, etc.
¿Por qué son tan importantes estos núcleos de contenidos? Porque la mente realiza asociaciones automáticas. También los buscadores.
Refuerza los significados con las relaciones semánticas
Cuando creas que no lograste definir exactamente las piezas de un contenido, piensa en las relaciones que existen entre las palabras o entidades. Esas relaciones semánticas te obligarán a redactar un texto maduro:
Sinónimos: Google seguirá interpretando la misma palabra clave o entidad y puede que, aunque no hayas hecho énfasis en alguna de ellas, tu artículo aparezca “por defecto” en el resultado de esa búsqueda.
De terremoto, temblor de tierra y sismo.
De Cristiano Ronaldo, CR7
Antónimos: Son muy útiles sobre todo para los artículos generalistas y aquellos que constituyen las páginas pilares de una web.
Niño es antónimo de viejo, blanco de negro.
Hiperónimo: El hiperónimo es una palabra cuyo significado engloba el de otra u otras. Tal vez te resulte extraño este concepto, aquí van algunos ejemplos:
Flor es hiperónimo de girasol, de clavel, de rosa. A su vez, estas son hipónimos, de ese término tan general.
Girasol y clavel son cohopónimos, pues pertenecen a un mismo “saco”, el de el vocablo flor.

Merónimo: Un merónimo es una palabra cuyo significado constituye una parte del significado total de otra palabra, su holónimo.
Pulmones, hígado, riñón son merónimos de cuerpo humano. Pulmones e hígados son holónimos.

Sin embargo, no siempre las relaciones semánticas existen para facilitarnos la vida y convertirnos en profesionales de la escritura más competentes.
Cuida la desambiguación lingüística
Usualmente, en la comunicación diaria solemos confundirnos cuando mencionamos vocablos que tienen varios significados o acepciones y no ofrecemos un contexto exacto:

Barcelona puede ser referida a la ciudad española, el equipo de fútbol y a una ciudad de Venezuela, etc.
Si bien a través del SEO técnico esas palabras claves o entidades pueden ser desambiguadas directamente con datos estructurados (códigos html), nosotros los redactores tenemos parte en esa responsabilidad.
¿Qué haremos? Pensar y repensar la relación (semántica) que mostramos allá arriba. Vuelve a releer si no quedó muy claro. 🙂
Di más con menos
Si lees el fragmento que te presento a continuación notaras que incumple muchos de los parámetros que analizamos arriba. Por lo que la redacción suena sosa, sin argumentos, escasa de significado.
Sucede, sobre todo, con textos por encago, que fuerzan la cantidad de palabras y usan gandofia de relleno. ¿Que donde está el fragmento? Te lo dejó por acá abajo y aunque confieso que no es el peor que he encontrado:

Juega con las palabras clave y las nuevas oportunidades del SEO semántico
Si ya necesitas usar palabras clave, intenta modificarlas de posición en la propia oración. Si antes era sujeto, cambiala al predicado; si antes era sustantivo, conviértela en adjetivo. Sé creativo(a) con la lengua para evitar la monotonía.
No te sientas amarrado(a) y piensa que el concepto de entidad y las nociones de semántica están convirtiendo la escritura digital en un producto más disfrutable.
BONUS TIP: Los algoritmos de Google logran decodificar algunas expresiones idiomáticas (construcciones lingüísticas como refranes y frases populares). Sin embargo, que no se nos vaya la mano 😉
BONUS TIP: Muchos de los cambios que anuncian los buscadores tardan en implementarse en el idioma español, de modo que aún faltan grandiosas novedades por llegar. Mientras, nos vamos acostumbrando.
Luego de esta descarga, no sé quién se atreva a menospreciar a los redactores digitales. Aun haciendo las páginas accesibles para los buscadores a través del SEO técnico, si no las convertimos en semánticamente entendibles desde el propio contenido estamos perdidos.
Y ello se logra únicamente con el #poderdelapalabra. Por lo demás, ya saben dónde encontrarme.
2 respuestas
Yinet, que decir!!!!
Para mí, super interesante y muy educativo para no perderme en la obsolescencia de mis años y la incultura digital☺
Muchas GRACIAS
Tengo que leerlo unas cuantas veces más ????
Besos
No se preocupe, Ishaura!! Con ustedes aprendo el triple! Voy a hacerlo más digerible porque con la emoción se me fue la mano 😉 Gracias por comentar!!! 🙂